Hablando estos días de cine y música, me gustaría dedicarle una entrada a una mujer especial para mi, a una mujer con una voz tan increíble que durante su carrera cosechó éxitos y vendió discos como pocas divas de la música. La reina indiscutible del Soul pop de finales de los ochenta y década de los noventa, hablo de Whitney Houston.
Una mujer que durante su agitada vida en todos los aspectos tanto personales como profesionales, sufrió golpes de todo tipo. Se casó con el también cantante Boby Brown, con el que además de tener una hija, vivió una de las etapas más oscuras de su vida. Recibió amenazas e intentos de extorsión por parte de seguidores lunáticos, que la perseguían y acosaban, exigiéndola en algunos casos dinero a cambio de no contar datos sobre su vida privada.
O sea, un fiel reflejo de lo que vimos en el Guardaespaldas. Película que si tuvisteis la ocasión de ver, observaríais que en la interpretación de Whitney existía una vulnerabilidad que sobrecogía, que traspasaba las cámaras.
Con esta película que protagonizó junto a Kevin Costner alcanzó la gloria hollywoodiense, a la vez comenzaba su andadura por el agujero de las drogas.
Con esta película que protagonizó junto a Kevin Costner alcanzó la gloria hollywoodiense, a la vez comenzaba su andadura por el agujero de las drogas.
Un 11 de febrero en un hotel de Beverly Hills, fallecía a la edad de 48 años, sumergida en la bañera de su habitación. Esa noche iba a participar en una fiesta de los Grammy, pero no pudo ser. El alcohol, las drogas y el fracaso de su eterno deseo de salir adelante acabaron con la madre de todos los vozarrones.
Como os he dicho sentí la muerte de esta genial artista como sentí la de Michael Jackson, otro grande. Quien no se ha emocionado, cantado o incluso bailado temas como: “How Will I Knov”, “I Will Always Love You”, “I Wanna Dance With Somebody”, “I’m Your Baby Tonigh”, “I’m Every Woman” o “ It’s Not Right it’s Okay”. Temas que la convirtieron en una maquina de vender discos, en la mejor voz de su generación. Sus cualidades vocales y su imagen amable la santificaron. Muchos caímos rendidos ante sus canciones, su delicadeza e intensidad.
El mismísimo Patrick Bateman en American Psycho, ante de pasar por la motosierra a dos hermosas visitas, en uno de los pocas momentos de lucidez que tuvo y mientras sonaba Whitney Houston confesaba: “It’s hard to choose a favorite among so many great tracks, but “The Greatest Love of All” is one of the best, most powerful songs ever written about self-preservation, dignity. It’s universal message crosses all boundaries and instills one with the hope that it’s not too late to better ourselves”.
Ahora, tres años después la historia se repite como si de una maldición Metro-Goldwyn-Mayer se tratase. Bobbi Kristina Brown la única hija de la cantante se encuentra en un coma inducido desde el pasado 31 de enero cuando fue hallada boca abajo e inconsciente en la bañera de su casa. Una niña que como su madre contaba con una voz prodigiosa, una niña que lo tuvo todo, y que a la vista de como ha terminado sus días, no tuvo nada, en todo caso una familia desestructurada y poca suerte. Vivía con su novio que la ha llevado por el mismo camino oscuro que Boby Brown llevó a su madre, a la vista de lo que están determinando las investigaciones sobre el suceso de su accidente. Y por si esto fuera poco, además el citado es su hermano de acogida, huérfano y criado por su madre desde muy pequeño.
Tanto Bobby como su madre han sido dos muñecas rotas por el peso de la fama.
Ambas forman parte de esa lista de famosos a los que el éxito, dinero y la fama les han llevado al desequilibrio. Muchos han caminado por la difusa frontera que delimita la cordura, la psicodelia, el hedonismo y la depresión. En la entrada de los Oscar os hablaba del fantasma de la frustración y el desencanto que sobrevuela Hollywood, residencia de egos desmedidos, de personajes con una visón distorsionado de la realidad, incapaces muchas veces de discernir entre lo real y lo imaginario, los amigos de los enemigos. Confusión y sueño que a Dinio le perdía, a Goya le producía monstruos y a Warhol le hacia soñar que era una máquina. Y para luchar contra ello, lo fácil es recurrir al consumo de sustancias que de forma alucinógena conviertan ese monstruo en un ser agradable y más real. Sin darse cuenta de que el precio por esta realidad ficticia, es demasiado alto.
Amiga Whitney, espero que allá donde estés por fin hayas encontrado a ese alguien que como decías en tu canción “The Greatest Love of All” te llene, arrope y acompañe hacia el lugar con el que has estado soñando. Ese es el amor más grande de todos.
Sirius&Pichón