viernes, 24 de abril de 2015

Yo reflexiono, tú reflexionas, ellos incumplen

Estamos en vísperas de elecciones y los partidos políticos empiezan a desplegar su maquinaria propagandística. Ayer día festivo me dediqué a leer sus propuestas para arreglar los problemas del país. Qué Dios nos pille confesaos.

Llegando a este tiempo los políticos me recuerdan a aquellos vendedores del antiguo far west, que con sus carretas iban de pueblo en pueblo vendiendo pócimas, tónicos  y productos medicinales milagrosos.
Crece pelos con los que te garantizaban una melena Pantene aunque tuvieses la cabeza del amigo Kojac, remedios para el dolor de muelas, el mal aliento, las verrugas, la mujer fea o el hombre flojo. Para todo tenían una solución aquellos valientes charlatanes. La mayoría de ellos, por culpa de una mala administración del producto o un incorrecto etiquetado, acabaron entre rejas  o descansando plácidamente en una caja de pino en el desierto de Arizona.

Pero no voy a comparar a aquellos vendedores de tónicos milagrosos con los políticos ¡Dios me libre! Saldrían muy mal parados. Carecen de la gracia y el ingenio que tenían los primeros a la hora de colocar sus productos.

A los políticos de ahora yo les aplicaba la caja de Puño Acierto-Comparador. Me parece un invento genial, y con cantidad de usos. Imagínenselo en los juzgados: -Señor Montoya dice usted que los 700 kilos de cobre descubiertos en la caseta de su perro son para la instalación eléctrica de la citada vivienda canina.
-Correcto señoría...¡¡Error!!...ZAS


Y no me lo quiero imaginar actuando en la Agencia Tributaria. Estaría el pobre puño más tiempo fuera de la caja que dentro. Y como estamos hablando de políticos, ¿se lo imaginan en un mitin o en el Parlamento?  Aquí al pobre puño habría que sujetarlo y administrarlo un Trankimazin.

Hoy al mediodía viendo uno de los informativos de la caja tonta, escuché que a estas elecciones se presentan varios candidatos juzgados y condenados en sentencia firme.
Y lo más sorprendente de la noticia era escuchar que muchos de ellos tienen posibilidades de ser reelegidos.
Por un momento pensé que hablaban de un país de los llamados tercermundistas o tal vez de la Galaxia Corruptímedes, pero no, estaban hablando de España.

Lean esta entrada tranquilos y saquen sus propias conclusiones. Yo las mías ya las he sacado. Hagan lo que dijo Joseph Joubert “Como la dicha de un pueblo depende de ser bien gobernado, la elección de sus gobernantes pide una profunda reflexión”. No me defrauden y se dejen llevar por cantos de sirena desafinados, ya lo dijo Orwell  “el lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades, el asesinato una acción respetable y para dar al viento apariencia de solidez”.

Sirius&Pichón


jueves, 16 de abril de 2015

Do you speak english?

No paro de descubrir en internet las gilipolloces que llegan a realizar algunos para aprender inglés. El otro día leí que ahora hay gente que lo estudia mientras duerme, aprovechando la fase REM en la que el cerebro está como una moto. En esta fase soñamos con la hipoteca, Scarlett Johansson, la vecina del segundo y además captamos información de todo tipo. Pues aprovechando este momento esponja, algún lumbrera ha ideado un curso de inglés para estudiarlo en pijama, abrazado al gusiluz y metido en el plumas de Ikea. Los resultados según los expertos son para llorar, de inglés ni papa y encima al día siguiente estamos hechos polvo.
 Luego he conocido el método de un hombre llamado Ramón Campayo, dotado de un CI (Coeficiente Intelectual) de tan solo 194, o sea ramplón, como el que tenemos la mayoría de los humanos, pero de los humanos que están en el Mensa. Éste afirma que dominar un idioma es cosa de siete días...¡Ay qué joderse!. El señor Campayo posee varios récords mundiales de memorización. Con su capacidad consiguió en un vuelo destino Múnich, nivel de alemán suficiente para impartir a su llegada durante unas horas una conferencia en esta lengua. Ha escrito y publicado un libro “Aprende Inglés en 7 días” con el que le garantiza al lector que en este tiempo podrá defenderse en este idioma de una manera eficaz y solvente. Con lo que dice este señor Campayo, que con todos mis respetos podrá tener un CI de 190, me demuestra que es más iluso e inocente que un Teletubbie.

La locura por dominar la lengua de Shakespeare está llevando a la gente a realizar cosas muy extrañas. Tanto a empresas,  particulares como docentes. Estos últimos en su desesperación ante la falta de avance por parte de sus alumnos, empiezan a aconsejarlos que se mimeticen con la lengua inglesa, que vivan, piensen y sueñen como lo haría un inglés, llegando incluso a vestirse como ellos.
Cuando vean ustedes en pleno verano a ciudadanos vestidos de forma muy rara, con sandalias y calcetines, tomando el té de las cinco a las siete y cuarto, son españoles estudiando inglés. Tengo una  vecina, alumna en la escuela de idiomas, que cada día se parece más a Camila Parker, bigote y color tampax incluido. Otro compañero de carrera, que está en el nivel 15 del 2º curso del 1er grado elemental, también de la Escuela de Idiomas,  ya es totalmente Benni Hill. Están las pobres vecinas del inmueble aburridas con el tío y sus poses inglesas.

Pero no solo a los particulares les ha dado la locura por la lengua de Shakespeare, qué me dicen ustedes del marketing o mundo de los negocios, ocio y la música. Aquí el grado de gilipollez ha llegado a nivel de pandemia.  La locura del famoso "Black Friday" por ejemplo, en la pescadería, peluquería, panadería. !Qué locura! y pregunto ¿Cuántos sabían de lo que estaban hablando?  Si hubiéramos preguntado, la mayoría de los encuestados nos hubiese hablado de una marca de taladros y el resto pondría cara de póker. Creo que en MediaMark y alguna otra cadena de bricolaje se pusieron moraos a vender Blackdeker.  Ahora ya no leemos "Rebajas" en los escaparates, ahora leemos black friday o viernes negro, que algunos pensaron que venia otro crack como el del 29, pero aquello ocurrió un jueves.


Las palabrejas en inglés se nos cuelan en nuestro castellano, entremezcladas unas veces por moda o esnobismo y otras como gancho comercial, como ha ocurrido en este caso. Como dicen los expertos en comunicación “si el mensaje es bueno los resultados serán  mejores”. Y a la vista de los resultados creo que en este caso han acertado. De todos es sabido que el inglés es un idioma muy musical, que suena bien. Escuchen una canción en inglés y la misma en castellano, verán las diferencias. Ahora en cada "viernes negro" la gente sale de los centros comerciales con el carro a reventar, da igual de qué, si lo hacen los americanos también lo podemos hacer nosotros. En todo caso,  el inglés se ha colado en nuestras vidas y cada día con más fuerza. Penita que Colón no colonizase unos centímetros más arriba, lo que hubiesen cambiado las cosas, Bill Gates hablaría castellano y como él todos los informáticos.

De todos modos y para concluir, yo sigo pensando que en este país tenemos una alteración cromosómica importante para el estudio de las lenguas, ya sea el ingles, francés o alemán. Ya hay estudios que así lo acreditan. Recientemente un centro de estudios de reputado prestigio realizó un estudio de campo en lugares donde el dominio del inglés se hace imprescindible, ferias de ganao, rastros dominicales, bares de copas y centros de salud, llegando a una conclusión dura y categórica. El que habla mal su lengua materna, difícil que pueda hablar bien otra distinta.


Luego otro gran problema, aun a riesgo de engorilar al colectivo docente, es lo mal que se han enseñado los idiomas en este país. Hay un problema de motivación académica importante entre los docentes, de creencia en lo que imparten o hacen. Me explico. Hace años me matriculé en la Escuela de Idiomas. El primer día del clase se presentó el profesor y nos contó  que él había estudiado Filología Inglesa, hasta aquí todo bien, sin embargo la cagó cuando nos dijo que jamás había estado en un país de habla inglesa. El tío se cayó con todo el equipo, aquí perdió toda su credibilidad académica como profesor de inglés. Imagínense que van al médico, y a la hora de explicarles el método para operarles a corazón abierto, el doctor suelta: “Tranquilos señores que todo va a salir bien, la única pega está en que el día que explicaron en la Facultad de Medicina  la técnica de la operación, yo estaba de timba con la tuna, pero tranquilos que al final acabé la carrera”. ¿Cómo se les quedaría el cuerpo a ustedes ante semejante confesión?. Pues así se me quedó el mío, cuando el teacher me dijo que conocía Londres de verlo en la tele. Luego otro gran problema de la enseñanza es que los docentes españoles siguen obsesionados con el “suspenso-aprobado”.  Hace poco me contaban el caso de otro docente también de la Escuela de Idiomas, que les dijo a los alumnos que para pasar el curso era necesario aprobar el examen. Y me pregunto de nuevo, si estamos hablando de un idioma o lengua, algo vivo, que ejercitamos desde el momento que entramos en la clase y con los ejercicios, qué sentido tiene un examen. O sea, que puedes hacer bien los ejercicios a diario, tener un inglés fluido e incluso entenderlo, pero como  llegue  el día del examen y por problemas menstruales o de erecciones incontroladas, hagas  una castaña de examen, para esta profesora ya no eres apto.

Con docentes de este tipo ahora entiendo que el inglés sea nuestra asignatura pendiente. Estamos en manos de malos vendedores de su materia. Un profesor debe vender su asignatura, debe cautivar y hacérsela atractiva a sus alumnos.
Debe vestirla de raso para que ellos la vean sensual y hermosa, para que sueñen con ella. Y por supuesto, para que el alumno vea en su profesor credibilidad académica y no la sombra alargada del funcionario. Si vemos lo segundo, desconectaremos e iremos a clase sin ninguna motivación. Elemento fundamental y necesario para afrontar cualquier tarea y más cuando esta se hace de forma voluntaria. Dijo Benjamín Franklin “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”.

Sirius&Pichón


jueves, 9 de abril de 2015

Paponeando la ciudad

Se ha terminado la Semana Santa y llega el momento de hacer examen de conciencia y revisión de los fracasos. Este año los distintos calendarios meteorológicos han acertado y los hombres del tiempo y sus madres han descansado tranquilos. El tiempo ha sido bueno y tanto la semana religiosa como la pagana han triunfado. Hemos podido disfrutar de procesiones y playa sin amenazas de lluvia o fríos invernales.

A mi me gusta la Semana Santa, la austera y recatada de antaño y la  folclórica y colorista de ahora.
Desde el Viernes de Dolores al Domingo de Resurrección me dejo a merced de la Pasión. No pertenezco a ninguna cofradía o banda, extraño, porque aquí en León hasta el mismísimo Guzmán el Bueno es de una cofradía. Yo prefiero disfrutarla desde fuera, viendo como León se convierte en un auditorio al aire libre, en un museo barroco de imágenes religiosas con siglos de historia, en un mercado oriental oliendo a incienso. Ver como las calles se llenan de gentes vestidas con túnicas, capas, capillos, cíngulos y emblemas.
Como desfilan por ellas personajes con grado de seise, que con su capas al viento, van marcando el ritmo de la procesión ante la atenta mirada de su inmediato superior el abad o hermano mayor. Bajando la escala nos encontramos a personajes como el abogador que en el lenguaje “cheli” de Ramoncin seria el “machaca” de la cofradía.  Y si seguimos bajando, llegamos a los auténticos protagonistas,  los papones, braceros y la banda. Los primeros forman la tropa de asalto, su denominación es genuina y auténtica de León, en ningún otro lugar del mundo cristiano se habla de papones. Luego están esos hombretones llamados braceros, que al son de los tambores y cornetas bailan los pasos para deleite del respetable.
Y por último la banda. Recuerdo de mis años de juventud que las bandas estaban formadas por tambores y cornetas, tocaban casi siempre la misma canción “la Dolorosa”. Hoy aquellas bandas parecen auténticas orquestas. A ellas se han incorporado instrumentos como las trompetas, fliscornos, bombardinos, timbales, xilófonos e incluso gaitas. No descarto que un futuro no muy lejano, amarrado a un paso, procesione un piano Yamaha  tocado por el mismísimo Richard Clayderman vestido de papón. ¡Miedo me da!. Tampoco descarto que ante la bajada de los casamientos,  la Tuna y sus clavelitos acaben danzando entre las Manolas.

Y si el color y la nota lo ponen la banda, el luto viene de la mano de las manolas y los monaguillos.
No quiero olvidar a los vendedores de obleas, ellos ponen la nota dulce. La amarga la ponen los globeros, que con sus cuerdas y globos Esponja, imprimen al acto un aire cutre-pagano, poco favorecedor.

Una vez dicho esto, voy a exponer lo que desde Saciedadlimitada hemos visto en la Semana Santa de este año. Para empezar, mucha gente. Este año he disfrutado como un niño viendo las calles atestadas de gente, de aquí, turistas accidentales, extranjeros y nacionales. Las terrazas de los bares y los restaurantes a rebosar con los clientes disfrutando de una limonada al ritmo del sainete y la saeta. Los hoteles con el cartel  de “no hay habitaciones”. Las tiendas repletas de gente comprando y preguntando, los museos a tope de curiosos intelectuales, ávidos de conocer el auténtico Cáliz de Cristo.
En fin, que desde el punto de vista económico la Semana Santa de este año ha sido todo un éxito. Los datos presentados por las distintas asociaciones así lo avalan. Año tras año esta festividad se convierte en uno de nuestros mayores alicientes turísticos, un reclamo de lujo que atrae a la ciudad turistas venidos desde los lugares más remotos.

Con todo lo dicho, podría cortar aquí y quedar como un bloguero enrollado y pelota, pero no, mi espíritu y mi religión me lo impiden. He visto cosas buenas, como acabo de enumerar, pero también he visto puntos negros, y no en forma de manola.

Para empezar, la publicidad este año ha sido escasa y mala. La Semana Santa de este 2015 es la peor anunciada de los últimos años. La crisis ha hecho mucho daño, y lo que se gastó en años pasados en programas y carteles, este año se ha quedado en el cajón. Luego la calidad de los programas ha dejado mucho que desear. Mal anunciadas las procesiones, los pasos que las acompañaban, confuso el día, la ruta. 
Otro fallo importante ha sido la falta de organización de las cofradías a la hora de procesionar. Habiendo  más seises que indios faltaba organización. Me resultó impecable en este aspecto la procesión Camino de la Cruz del Sábado Santo, organizada por la cofradía del Santo Sepulcro. Sin embargo, otras me resultaron un auténtico desastre. No es normal que entre paso y paso pasen dos días, como decían los indios. A mi modo de ver, en un acto de este tipo debe existir continuidad, para no perder el hilo procesional y caer en el hastío y además restarle belleza. Puedo entender que un niño se canse y pierda la fila, pero ya no me parece tan normal que lo haga un tío de 180 centímetros de túnica.  Para poder procesionar las cofradías deberían exigir respeto y orden, para no acabar haciendo un desfile a lo Mamachicho. Esto no es Sevilla, aquí tenemos otra idiosincrasia, cultura y forma de entender la Pasión. Por lo tanto, tirón de orejas para algunas cofradías, menos postureo y más organización. Detalles como estos no pueden empañar el impagable y magnífico trabajo que están haciendo durante todo el año.

Y si hace un momento reclamaba más respeto por parte de los papones a la hora de procesionar, ahora se lo pido a los que ven las procesiones. No entiendo, y mira que lo intento, cómo huevos podemos ver una procesión comiendo pipas y tirando las cáscaras al suelo.
 Los "primates no evolucionados" que tienen este comportamiento ¿A qué van a una procesión? Es como si en el día de su boda, a la hora del oficio religioso, a los invitados nos diese por hacernos un Piponazo, viene a ser lo mismo. Luego otro personaje letal es el “primate cotorra”, aquel que teniendo una plaza de 4000 metros cuadrados, le cuenta su triste vida al que tiene a su lado y en la primera línea de procesión. Con un tono tan discreto que supera en varios decibelios al de la banda interpretando “Reo de Muerte”
Y vuelvo a preguntar ¿A qué cojones vamos a una procesión?  Para estos planes de pipas y voceo tenemos la Candamia, el Parque de la Granja o el Entierro de Genarín. A este último se puede ir mamao, comiendo y hasta cantando. Tanto Genarín como su Moncha  no van a decir absolutamente nada.  Por desgracia amigos, el problema pipero y acústico tienen una compleja solución, chocamos de lleno con un muro llamado ignorancia y ausencia de civismo y educación.

Y para terminar, el  último tirón de orejas va para las instituciones leonesas. A pesar del despliegue de carteles e información en prensa, radio y televisión local, he echado en falta  más carteles anunciadores de la Semana Santa, grandes y vistosos.  Y los he echado en falta aquí en León y en el resto de la provincia. A veces nos calentamos promocionando nuestra riquezas fuera de nuestras fronteras, sin percatamos de que aquí cerquita, a no muchos kilómetros, hay gente que ante la ausencia de procesiones en su pueblo, pueden venirse a León.
 A las cofradías y bandas, enhorabuena. Tengan en cuenta lo que les digo en esta entrada, un poquito más de organización y, no estaría de más que para el 2016 aplicasen aquello de “Menos es más”, empieza a hacerlos falta.

Sirius&Pichon



miércoles, 1 de abril de 2015

Sin consuelo

En numerosas ocasiones he comentado sobre la difícil tarea que supone educar a un hijo en estos tiempos. Las horas de sueño de los primeros años, las preocupaciones por ese grano rojo, por esa extraña forma de tomar el chupete, de mirarnos, o porque el llanto suena raro. Con los años este tipo de sacrificios pasan a ser horas de parque, de actividades extra escolares a veces tediosas, y de las que ya hemos hablado, de tardes y noches de deberes sacrificando nuestro tiempo para el descanso.


Por no hablar de los sacrificios profesionales que muchos hemos hecho, para convertir nuestras agitadas vidas laborales en vidas más tranquilas y compatibles con un entorno familiar. Tampoco quiero olvidarme de los sacrificios económicos, grandísimos. Porque los que sois padres, sabéis que un padre no puede permitirse que su hijo no tengan todas las oportunidades posibles, al precio que sea. Aunque para ello tenga que joderse y trabajar hasta desfallecer. Pagando en ocasiones un precio muy alto en forma de problemas mentales, adicciones y divorcios.

Y por qué empiezo de esta forma os estaréis preguntando. A raíz del accidente del avión de Germanwings en los Alpes, leo en los distintos foros que pululan por la red los comentarios de algunos desalmados, calificando a los padres del copiloto causante del siniestro y también fallecido, como los responsables por haber engendrado a un monstruo.

Tengo que reconocer, que me cuesta escribir esto, sin que se me llenen los ojos de lagrimas, pensando en estos pobres padres. Porque al igual que ellos, yo también soy padre. Y seguro que muchos de los que leéis este blog también. Y quién no le ha dado a un hijo todo lo que ha pedido y necesitado. Ya sea para ser piloto, médico o bombero. Y esto es lo que han hecho estos pobres, como lo haría cualquiera de ustedes y hasta los malnacidos que han escrito estas palabras.

Los padres son las víctimas en vida del siniestro. Sobrevivir a un hijo siempre es un drama. Pero en este caso, los padres del resto de los fallecidos tiene un consuelo. Sus hijos triunfaron, llegando a ser brillantes ejecutivos, cantantes, empresarios o auxiliares de vuelo. Hoy lloran su dramática pérdida, pero tienen este consuelo.

Los padres del copiloto Andreas Lubitz también han perdido a un hijo, pero a diferencia de los otros, ellos no tendrán el consuelo de saber que su hijo logró su objetivo, su felicidad y la de ellos. Al contrario, este chico en su infelicidad se llevó por delante la vida de 149 inocentes. Así ha pagado y dado las gracias, por todo el sacrificio que por él hicieron para que lograse su sueño, ser comandante de Lufthansa.

Siento una profunda tristeza por todas las víctimas inocentes de este hecho. Pero siento un dolor especial por estos padres, ellos han perdido 150 vidas. Ellos necesitan apoyo y calor por partida doble, aunque será difícil que lo encuentren. Me pongo en su lugar y no lo encuentro ni yo.
En estos días desde el fatal accidente se habrán preguntado millones de veces, en qué fallaron, qué hicieron mal. Por qué su hijo, aquel niño inquieto, que soñaba con ser el mejor piloto de Lufthansa, estrelló el avión contra el macizo de los Alpes. Tal vez debido a su estado de shock les sea difícil encontrar una respuesta, y si la hay, estará en ese cajón que guarda todo aquello que se escapa del razonamiento y la lógica humana.  Vivimos en una sociedad  de logros y objetivos, muchas veces inalcanzables, de metas imposibles que lo único que generan son frustraciones. Muchos consiguen superarlas, otros se quedan en el intento.

Por favor, seamos con todos, víctimas y familiares, respetuosos, pero con estos padres un poquito más. Desde aquí todo mi apoyo, compresión y calor. Rezaré por ellos en esta Semana Santa, como lo haré por todas las víctimas y sus familiares. Y por favor, no olvidemos jamás que ellos educaron a su hijo de la mejor manera posible, facilitándole todo aquello que estaba en su mano, como lo haríamos ustedes o yo, con ilusión, dedicación y buscando un único objetivo, su felicidad.

Sirius&Pichón