jueves, 19 de febrero de 2015

Con 8 basta

Aprovechando el tirón de los Goya me gustaría haceros una confesión. Han pasado unos meses desde el hecho y no he encontrado el momento ni he tenido el valor, el miedo a la marca social, al dedo apuntador en el trabajo, gimnasio o centro comercial, han podido conmigo. He sentido la presión de lo diferente, de lo raro, lo friki. Se lo he dicho a algún allegado y sus comentarios han sido de lo más alentadores: ¡¡Ostras tío!!...míratelo...¡¡Qué fuerte!!...Alguno me ha confesado que él también sintió lo mismo, pero por vergüenza social, familiar y laboral ha preferido no hacerlo público.  Lo va sobrellevando como yo, para esto no hay Hemoales ni Flatoriles, te tienes que buscar la vida a base de remedios caseros como el Pacharán en vaso tubo o el Volvone light.
Pero yo no aguanto más y hoy he decidido confesarlo. Refugiado en el anonimato que me da este blog, romperé el secreto: vi Ocho apellidos vascos y, no me gustó ni provocó risa alguna.

¡¡Joder qué alivio!!

A día de hoy sigo buscando las razones de tal fracaso jocoso. Tal vez el escenario, salón de mi casa, la compañía, estaba con una amiga, la falta del bol de palomitas y el vaso de litro y medio de CocaCola, el olor a gente relajada, a encurtido; tal vez el momento de visionado, las cinco de la tarde es una hora en la que el hemisferio derecho del cerebro está buscando desesperadamente a Morfeo, no lo sé. 


El caso es que no conseguí esbozar una sonrisa, confieso que me he reído más viendo un telediario de Matías Prats.

Durante meses he tenido que soportar presiones y comentarios de todo tipo:  “Ayer vimos Ocho apellidos vascos y los 3400 espectadores de la sala se partían, hubo gente que se desencajó de la risa, algunos incluso se relajaron tanto que perdieron hasta el control de esfínter.
¡¡Fue salvaje!!, ¿tú la has visto Sirius?, ¿qué te pareció?. Salvo que seas un Calleja,  Frank de la Jungla o Bear Grylls, una presión de este tipo te puede marcar para toda la vida.

De la película lo único que salvo son los exteriores, me encanta el paisaje vasco y la Ermita de San Telmo en Zumaia es preciosa.  Los actores fueron menos naturales que Kim Kardashian en un congreso de paparazzis. Me resultaron histriónicos, exagerados y poco espontáneos. Los chistes aparte de predecibles y poco originales, carecían de gracia. El acento andaluz y vasco tan socorridos a la hora de ponerle humor a cualquier situación, en este caso resultaban ridículos. Dani Rovira lo hizo mejor como presentador de los Goya, Carmen Machi ni te cuento, si por este papel la dieron el Goya ¿Qué hicieron los otros candidatos? Clara Lago lo hizo como lo harían millones de chicas a las que he visto en cualquier vídeo de YouTube. Con todo este cóctel de despropósitos al acabar la película me sentí mal, vacío, buscaba algún momento o escena divertida, algún chiste para contar, preguntaba a mi compañera, pero nada. Por contra, me imaginaba a esos cientos de espectadores partiéndose de risa en sus butacas, riéndose a mandíbula batiente, empapados de ese lubricante social que es la risa y presas de esa espiral contagiosa que sucede en este tipo de actos públicos, donde la gente hace lo que ve. 
Pensé que la razón para esta crisis colectiva de risa, podría estar en un ataque de neuronas motoras camufladas en las palomitas o en un brote de la enfermedad de Pick, no encontraba otra explicación.
Tengo que reconocer que la chapa de tipo raro voló sobre mi cabeza. Hoy después de una terapia adecuada he vuelto a la normalidad. Me considero una persona de risa fácil e incluso hago reír, llegando a reírme de mi mismo, y aprovecho para confesar, que lo hago también de los demás. De ahí mi preocupación ante este episodio.

De todos modos, investigué y la ciencia me dio la respuesta. Nuestro cerebro está preparado para recibir estímulos agradables y de modo automático repetirlos. Las responsables de ello son las neuronas espejo o también llamadas especulares, las cuales se activan cuando perciben que alguien de nuestro alrededor se esta escojonando de la risa, ellas despiertan nuestra empatía y hacen que acabemos escojonándonos también. En definitiva amigos, que tal vez no solo fueron motivos cinematográficos los causantes de mi ausencia de risa, también jugaron un papel importante mi adormilado hemisferio derecho, esa amiga que prefiere mantenerse en el anonimato y que a día de hoy arrastra secuelas como inapetencia sexual y gases, y las neuronas especulares. De todos modos, aunque a sujetos como yo la película no nos provocase risa alguna, si logró que tres millones de espectadores lo hiciesen, consiguió el mayor de los objetivos sociales, la felicidad de la gente. Decía Chaplin: “Ríe y el mundo reirá contigo; llora y el mundo, dándote la espalda, te dejará llorar”.

Sirius&Pichón



6 comentarios:

  1. Coincido con usted en todo. Soberbio el post, divertido y sutil. Cada vez me gusta más su blog.

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  2. Ya sabes que yo tampoco le encontré demasiada gracia. Un rato entretenido y nada más. Y eso que mi casuística fue mejor que la tuya... menos mal...

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  3. Yo la vi con mi marido en el cine y he de reconocer que me resultó una patochada de película. Tal vez equivoque la compañia, el se lo pasó genial.

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  4. Coincido con "la amiga", con la compañía de una modelazo como la de la foto, cualquier película hubiese sido un 8 Apellidos vascos. Jajajaja. ¿No la había más fea?. Para otra vez llámame.

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  5. Yo tampoco vi la película en una sala de cine, lo que indudablemente hace que la sensación de espectáculo sea menor y resta concentración. Me pareció un humor facilón, poco elaborado, los típicos chistecillos de toda la vida...
    Pero si a la mayoría de la gente le ha gustado la película y ha conseguido que se rían y pasen un rato divertido, es bastante mas de lo que pueden ofrecer otros films. Asi que " chapeau" para sus artífices.

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  6. No sé quien está detrás del seudónimo, en todo caso he leído varios de los posts de este blog y en ellos he visto delicadeza, ternura y mucha sensibilidad y, por supuesto un toque de humor especial. Me gusta lo que he leído, me he divertido y espero mucho más. Has despertado en mi Sirius la curiosidad y el interés por saber quien eres porque me gusta lo que piensas y como lo escribes. Enhorabuena

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