En numerosas ocasiones he comentado sobre la difícil tarea que supone educar a un hijo en estos tiempos. Las horas de sueño de los primeros años, las preocupaciones por ese grano rojo, por esa extraña forma de tomar el chupete, de mirarnos, o porque el llanto suena raro. Con los años este tipo de sacrificios pasan a ser horas de parque, de actividades extra escolares a veces tediosas, y de las que ya hemos hablado, de tardes y noches de deberes sacrificando nuestro tiempo para el descanso.
Por no hablar de los sacrificios profesionales que muchos hemos hecho, para convertir nuestras agitadas vidas laborales en vidas más tranquilas y compatibles con un entorno familiar. Tampoco quiero olvidarme de los sacrificios económicos, grandísimos. Porque los que sois padres, sabéis que un padre no puede permitirse que su hijo no tengan todas las oportunidades posibles, al precio que sea. Aunque para ello tenga que joderse y trabajar hasta desfallecer. Pagando en ocasiones un precio muy alto en forma de problemas mentales, adicciones y divorcios.
Y por qué empiezo de esta forma os estaréis preguntando. A raíz del accidente del avión de Germanwings en los Alpes, leo en los distintos foros que pululan por la red los comentarios de algunos desalmados, calificando a los padres del copiloto causante del siniestro y también fallecido, como los responsables por haber engendrado a un monstruo.
Tengo que reconocer, que me cuesta escribir esto, sin que se me llenen los ojos de lagrimas, pensando en estos pobres padres. Porque al igual que ellos, yo también soy padre. Y seguro que muchos de los que leéis este blog también. Y quién no le ha dado a un hijo todo lo que ha pedido y necesitado. Ya sea para ser piloto, médico o bombero. Y esto es lo que han hecho estos pobres, como lo haría cualquiera de ustedes y hasta los malnacidos que han escrito estas palabras.
Los padres son las víctimas en vida del siniestro. Sobrevivir a un hijo siempre es un drama. Pero en este caso, los padres del resto de los fallecidos tiene un consuelo. Sus hijos triunfaron, llegando a ser brillantes ejecutivos, cantantes, empresarios o auxiliares de vuelo. Hoy lloran su dramática pérdida, pero tienen este consuelo.
Los padres del copiloto Andreas Lubitz también han perdido a un hijo, pero a diferencia de los otros, ellos no tendrán el consuelo de saber que su hijo logró su objetivo, su felicidad y la de ellos. Al contrario, este chico en su infelicidad se llevó por delante la vida de 149 inocentes. Así ha pagado y dado las gracias, por todo el sacrificio que por él hicieron para que lograse su sueño, ser comandante de Lufthansa.
Siento una profunda tristeza por todas las víctimas inocentes de este hecho. Pero siento un dolor especial por estos padres, ellos han perdido 150 vidas. Ellos necesitan apoyo y calor por partida doble, aunque será difícil que lo encuentren. Me pongo en su lugar y no lo encuentro ni yo.
En estos días desde el fatal accidente se habrán preguntado millones de veces, en qué fallaron, qué hicieron mal. Por qué su hijo, aquel niño inquieto, que soñaba con ser el mejor piloto de Lufthansa, estrelló el avión contra el macizo de los Alpes. Tal vez debido a su estado de shock les sea difícil encontrar una respuesta, y si la hay, estará en ese cajón que guarda todo aquello que se escapa del razonamiento y la lógica humana. Vivimos en una sociedad de logros y objetivos, muchas veces inalcanzables, de metas imposibles que lo único que generan son frustraciones. Muchos consiguen superarlas, otros se quedan en el intento.
Por favor, seamos con todos, víctimas y familiares, respetuosos, pero con estos padres un poquito más. Desde aquí todo mi apoyo, compresión y calor. Rezaré por ellos en esta Semana Santa, como lo haré por todas las víctimas y sus familiares. Y por favor, no olvidemos jamás que ellos educaron a su hijo de la mejor manera posible, facilitándole todo aquello que estaba en su mano, como lo haríamos ustedes o yo, con ilusión, dedicación y buscando un único objetivo, su felicidad.
Sirius&Pichón
Me dejan ustedes sin palabras. Precioso homenaje a todas las víctimas de este accidente.
ResponderEliminarComo bien dice usted malnacidos es lo que sobran en este país. Que culpa tendrán ellos de los actos de su hijo. Mi pésame para todos ellos.
ResponderEliminarImpresionante javi...
ResponderEliminarMuy bien Javi.. Los sacrificios pero sin olvidar q hay q educar a l@d hij@s en valores. Que vean lo que cuestan las cosas, que no caen del cielo. Un abrazo
ResponderEliminarMuy bien Javi.. Los sacrificios pero sin olvidar q hay q educar a l@d hij@s en valores. Que vean lo que cuestan las cosas, que no caen del cielo. Un abrazo
ResponderEliminarBonito post. Cargado de razón y sentimiento, en su línea. Me gusta esa capacidad suya para ver lo que a los demás se nos escapa o dejamos por secundario. Enhorabuena.
ResponderEliminarIncreíble post. Cargado de una belleza y elegancia solo comparable a la de su autor. Puro sentimiento y comprensión. Precioso. Gracias Sirius por estos escritos, sigue así que te aventuro un futuro prometedor.
ResponderEliminarHe de reconocer que sus entradas a parte de hacerme reír, con algunas como está escarba usted en lo más profundo de mi ser. Sacándome sentimientos y sensaciones que habitualmente oculto.
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