miércoles, 10 de diciembre de 2014

Móvil: Déjame vivir

En estos tres días festivos hemos tirado la casa por la ventana y nos hemos ido de Turismo Rural a la Costa Verde, y a la vista de lo que me costó encontrar alojamiento, creo que la mayoría de los españoles han hecho lo mismo. Y me agrada que así haya sido, esto es una señal más de que la economía de este país se está recuperando. Los españoles nos hemos cansados de sufrir y hemos decidido salir a disfrutar. Yo me fui a las Asturies a disfrutar de su hospitalidad y de su maravilloso tiempo de lluvia.

Y todo iba perfecto hasta que en un local vi una escena que me dejó aterrado, perplejo y pensativo. Quiero que la juzguen ustedes mismos.
¿Qué tal? ¿Cómo se les ha quedado el cuerpo? Qué nos está pasando amigos para que unos padres sentados a una mesa con su hija, se dediquen a wasapear, chatear o ver el tiempo, en vez de charlar entre ellos, comentando las cosas que han visto por la mañana o los planes que hay para el fin de semana largo. Y no fueron cinco minutos, fueron bastantes más. Ver esto de nuevo me resulta deprimente y triste. Y es una escena cada vez más habitual en esta sociedad que nos ha tocado vivir. Y que nos obliga a preguntarnos  ¿Este es el modo adecuado de educar a nuestros hijos? ¿Son estas las maneras o principios sobre los que nos debemos apoyar? Si son estos, yo me bajo aquí mismo. 

Luego nos llevamos las manos a la cabeza cuando leemos los informes Pisa, las tasas de abandono escolar o que un par de adolescentes ceutíes se van a Siria para enrolarse en las filas del extremismo islámico. Tal vez mis palabras les puedan resultar duras, pero escribo lo que siento y con aquella escena me sentí triste, conmovido y asqueado.  

Aquí en esta foto amigos psicólogos, pedagogos, psiquiatras, educadores, legisladores y terapeutas, está el origen de todos los males que afectan a nuestra sociedad. Y no hace falta cruzar fronteras ni mares para encontrarlos, en ocasiones los tenemos a la misma puerta de nuestra casa.
Aquí está el germen de las frustraciones, el abandono escolar, las adicciones, la falta de solidaridad, empatía y ternura, lo que luego nos acojona cuando lo vemos en el programa Hermano Mayor. Qué se puede esperar de un individuo educado bajo ese ambiente y circunstancias. Tan solo deshumanización y pérdida de identidad y valores. Y cuando llegamos a esta situación el resto de los dramas vienen solos. Llegó la crisis económica porque compramos compulsivamente para así llenar ese vacío que teníamos en nuestras vidas, la violencia del tipo que sea porque con ella descargamos nuestra ira y el odio acumulado, el desequilibrio mental porque ese drama me puede y bloquea, la soledad porque odio a la gente. Esto señores sí es un drama, y de una magnitud tan grande y tan letal como lo es la crisis económica, el Ébola o las guerras. Y para él tiene que haber una solución como la hay para el Ébola o la crisis, y cuál podría ser.
Muy sencillo,  aparquemos nuestros  aparatos tecnológicos  cuando nos encontremos en ese momento charla de amigos o reunión familiar, para que los protagonistas del encuentro no sean otros que la conversación y el diálogo.

Si no somos capaces de auto-censurarnos nosotros mismos, llegaremos al extremo de que sean las autoridades las que a golpe de Decreto nos limiten el uso de móviles como ya ocurrió con el tabaco. No dejemos que se haga realidad aquella frase de Einstein  “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad”.

Sirius&Pichón 



3 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con usted. El aborregamiento tecnológico es imparable

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  2. La tecnologia no es lo que hace que la gente sea (seamos) cada vez mas panoli. Es mas, seguramente gracias al uso de estos aparatillos tecnológicos, nuestras carencias culturales, sociales y humanitarias se disimulan un poco mejor.

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  3. Me parece muy acertada tu descripción de la tecno realidad que nos rodea. No deja de ser una paradoja que definamos estos comportamientos autistas como conectividad. Una verdadera lástima.

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