El Aperitivo

Existen en la calle Fray Luis de León varios establecimientos dedicados a la restauración y el tapeo. Pero hoy quiero hablaros de uno que por varios motivos, es distinto. Ya su escaparate con su cartel de "Two beer or not two beer" lo hace especial y le da ese punto de originalidad, frescura e internacionalidad. El establecimiento se llama El Aperitivo, sus propietarios Juanjo y Tere son otro de los motivos por los que merece la pena pararse y entrar. Ellos le han puesto su sello personal, una en la cocina y el otro en la barra. Y creo lo han conseguido.

El aspecto del local no difiere mucho del que tenía, una mezcolanza entre el estilo estrella michelín para gente postinera y el restaurante de confianza para eventos familiares. Su barra es grande y la zona de comedor suficiente. Hasta aquí todo muy correcto, las sorpresas vienen cuando entramos al asunto culinario. Aquí apreciamos la diferencia entre sus tapas y las de los bares de la vecindad. Degustando cualquiera de ellas, sentimos su buen hacer y una sensación de bienestar y placer que nos subirá por el mediastino, provocándonos lo que los chefs llaman "el orgasmo culinario". Tere impregna a sus platos ese carácter suyo, templado y tranquilo. Además de sus muchos años de experiencia en restauración. Todo lo que comamos en este local, está hecho con detalle, cariño, sencillez y sobre todo mucho fundamento. Las croquetas perfectas, con esa masa suave y esponjosa, ese sabor a croqueta de verdad y no al aceite con el que Koipe empezó allá por el año 1866. Problema de muchas croquetas. Luego ofrecen un salmorejo cordobés fino y cremoso, poniendo en un aprieto al auténtico de Córdoba. La ensaladilla rusa tiene sus ingredientes bien picados y proporcionados. No existe el riesgo de que el exceso de cebolla lo paguen tus compañeros y acabes la jornada como un Dragón de Komodo. La última tapa que han incorporado a su carta es la Penca, una mezcla de bechamel y piñones. Una tapa con una gran aceptación, y no es para menos, está muy buena. Y si las tapas están de nota, cualquiera de los platos que degustes en su comedor, no te defraudarán. Cuentan con una carta sencilla pero completa, además de un interesante menú del día, bien de precio y con la opción de varios primeros y segundos. Un detalle que me gusta es la vajilla, con platos grandes y bonitos. Su carta de vinos es completa, con varias denominaciones de origen, así como su oferta cervecera. A la hora del servicio los platos vienen bien presentados, elegantes y limpios. De entre todos, destacaría los Garbanzos con espinacas y bacalao o las Milhojas de verdura con queso de cabra. Espectacular está el Rabo de toro deshuesado en salsa de verduras, muges de placer. Los chipirones rellenos de jamón y en su tinta también están para sudar tinta y no parar. De entre sus postres, la tarta de chocolate con galleta está rica, rica.

Luego nos ofrecen la posibilidad de sus tapas para degustar a pie de barra o sentado, aquí destaco los callos, para mojar pan y no parar hasta reventar, exquisitos.

Y esto es El Aperitivo amigos, espacio sencillo decorativamente, pero rico y recomendable gastronómicamente hablando. Juanjo y Tere sin grandes planteamientos o aspavientos, con una cocina sencilla, casera y bien elaborada han encontrado su fórmula. Y creo a la vista de los resultados, acertada. 

Se me olvidaba describir al amigo Juanjo, propietario y esposo de la cocinera. Pieza fundamental en este espacio, inconfundible por su aspecto barbilampiño y apergaminado como nuestro hidalgo don Quijote. Con el espíritu pícaro e inquieto de los mesoneros de antaño, le falta el mandil para convertirse en Maese Juanjete. Es capaz de estar en mil espacios a la vez, igual te sirve un vino, te toma una comanda, atiende una mesa, saca sus cascos al contenedor del vidrio o se fuma un pito. Cuenta en la barra con la ayuda de las simpar Beatriz, mujer de aspecto impecable y trato afable. Necesario hoy en el mundo de la restauración, donde por desgracia abunda mucho el "cómo no sé qué hacer, monto un bar". En definitiva amigos, un restaurante en el que se han juntado tres grandes profesionales, una en la cocina, el otro de las relaciones y la tercera del servicio, consiguiendo que en La Chantria, al lado del Corte Inglés, haya un espacio culinario de obligada visita.

Mi enhorabuena a Juanjo y Tere, seguid así, ese es el camino que lleva a la excelencia, haced las cosas como las estáis haciendo. Para terminar, me gustaría haceros una recomendación, al igual que hicisteis con la Penca, incorporad cosas nuevas, tapas, platos, jornadas, la gente os lo agradecerá. Espero como siempre vuestros comentarios. Pero sin engorilarse, no petemos la centralita. 

Sirius&Pichón