viernes, 10 de octubre de 2014

No nos ebolemos

Caray la que se ha montado con el virus del Ébola. Buena la han preparado los murciélagos de la fruta. Y ese grupo de congoleños que de excursión a orillas del río Ébola, se les ocurrió la brillante idea de merendarse un murciélago de esta especie. Lo que no sabían aquellos pobres, es que su manjar, les aportaría además de alimento, un virus peligroso y especialmente letal, con una tasa de mortalidad cercana al 90%, casi nada. Comerse todo lo que se mueve, tiene sus riesgos, y si a esto le unimos la falta total de condiciones higiénico sanitarias y personales adecuadas, el resultado puede ser letal. El primer brote de esta epidemia fue virulento, pero nada que ver con el brote actual. Si aquel afectó a la República Democrática del Congo, este actual ha afectado a Guinea-Conakry, Sierra Leona, Liberia y Nigeria. Tal es su magnitud, que la OMS ha decretado la situación como "emergencia publica sanitaria internacional", recomendando medidas para detener su transmision. En tierras africanas la situación es realmente alarmante, y ello ha hecho, que se hayan puesto en marcha, todos los mecanismos existentes para su detención y cura. Distintos organismos e instituciones de todo tipo, religiosas y laicas, están trabajando sobre el terreno, para tratar de erradicar el virus y restablecer la normalidad. Ya hay personas que han sobrevivido a este brote de Ébola, y eso es lo esperanzador. 
Una vez hecha esta introducción, me gustaría hablar de lo que pasa en España. Que me tiene más preocupado que el mismísimo Ébola. Recientemente dos personas que han dedicado su vida a los demás, han muerto de Ébola. Ambos estaban desarrollando su trabajo en África, en la primera línea del frente epidemiológico, rodeados de enfermos, y trabajando en las condiciones más precarias, sin trajes de nivel 2, 3 ni 4. Con una bata, el fonendo y sus ganas de seguir luchando y salvando vidas. En estas condiciones trabajaron estos dos misioneros, y por estas condiciones perdieron sus vidas. Se tomó la decisión de traerlos, la decisión más humana de entre todas las posibles, era el justo premio a su dedicación y entrega. Además estamos hablando de ciudadanos españoles, y de los que nos deberíamos sentir orgullosos. 
Pero amigos míos, nada de eso ha ocurrido, todo lo contrario, he escuchado voces de gente, que ha dicho que lo mejor hubiese sido dejarlos allí, para que se muriesen como perros. Como ese perro llamado Excálibur, al que ahora defienden aquellos que tal vez dijeron, que los misioneros mejor en Guinea que en España. ¿Qué somos y en qué nos hemos convertido?. Cómo se puede ser tan miserable, con dos seres humanos que enferman sacrificando su vida por los demás, y en estas condiciones. Porque estos señores, además del Ébola, ya habían pasado por otras enfermedades, que les habian diezmado sus defensas. Todos los países del mundo con enfermos de Ébola, los han repatriado, y en ninguno de ellos se ha puesto en tela de juicio como aquí. Se intentó salvarlos, utilizando los medios humanos y técnicos que utilizan en otros países, pero por desgracia, nada se pudo hacer por sus vidas. Y lo mismo que se hizo por ellos, se hubiese hecho por usted, y usted señor Reverte o usted señora que insulta a diestro y siniestro, culpando a la ministra del Jaguar de los males de este mundo. Lo mismo que se está haciendo ahora, por la pobre auxiliar de enfermería contaminada, que de forma valiente y voluntaria decidió ayudar a los misioneros. 
Por ella y por todos, seamos serios, y dejemos las idioteces para el Club de la Comedia. Bastante castigo tiene la señora Mato, con ser ministra de Sanidad en un país como este. Donde ni valoramos, ni reconocemos, el sistema que tenemos. Donde a cualquiera, sin haber cotizado en su vida, se le dispensa atención. Viajen un poco y prueben los sistemas vecinos, verán lo que tardan en volver a este sistema tan imperfecto. 
Con el contagio de esta auxiliar de enfermería, nos hemos puesto como posesos a echarle la culpa al Gobierno, a la Ministra y a los pobres misioneros. Todo apunta a un fallo en el sistema de prevención, un fallo seguro que humano. Pero aquí, sin saber, ni esperar, hemos lanzado los dardos envenenados contra todo lo que se mueve. En EEUU ha pasado lo mismo, han tenido un fallo, pero allí nadie ha pedido la dimisión de Obama. ¿Saben por qué? Porque ellos anteponen el honor, la solidaridad, el patriotismo, la dignidad, a otros principios que aquí consideramos como esenciales. Aquí que se jodan los demás si me puedo salvar yo. Y así nos va y nos irá. 
Y lo que me fastidia y me duele, es que esto lo manifiesten aquellos que aspiran a ser algún día alcaldes de ciudades grandes, políticos de medio pelo y contertulios de algunos espacios de máxima difusión. Qué futuro nos puede esperar representados por semejantes engendros, egoístas y deshumanizados. Capaces de abandonar a su suerte a dos personas, que lo único que han hecho en su vida, es ayudar y salvar la vida de otros. 
Si tanto miedo le tenemos al Ébola, por qué no plantamos una Línea Maginot u otro Muro de Berlín a lo largo de nuestra frontera con África. Quien me dice a mi, que cualquier africano de los que saltan la valla o cruzan el estrecho, no viene en su mochila con el virus del Ébola. Pero aquí tropezamos con la doble moral de este pais. Estos son unos pobrecitos, a los que hay que dejar pasar, y sin pedirles nada a cambio, ni la temperatura, no se nos acuse de crímenes contra la humanidad. Sin embargo, a dos ciudadanos españoles, enfermos por salvar vidas, a estos hay que dejarlos morir en África. Ver para creer.
 Afortunadamente, y espero no equivocarme, el Ébola será como la Gripe Aviar, el Sida, la Peste Porcina o el Mal de las Vacas Locas. Se llevaron muchas vidas, pero a día de hoy nadie se acuerda de ellos, salvo los que las padecieron, sobrevivieron o la comunidad científica. Somos 7 mil millones de habitantes, estamos ante una epidemia letal, pero menos contagiosa que un Sarampión o la Gripe Común, que tal vez a día de hoy, se haya llevado en España más vidas que el Ébola. 
Señores, reflexionemos, escuchemos música, follemos más y dejemos las redes sociales para las fotos de la boda, el cumple del primo o la despedida de soltero del tonto de Palomares. Estas han hecho y están haciendo mucho daño, y han puesto al descubierto una realidad que hasta la fecha era latente pero no evidente, tan letal como el Ébola, y para la cual no existe vacuna, la gilipollez y el engorilamiento colectivo que existe. La ignorancia en mayúsculas y sin límites.  Aquí, ahora de repente, todo quisqui entiende de virus y epidemias. Cuando por un simple grano en el culo, salimos corriendo para que nos lo vea el médico, y que nos diga lo que queremos escuchar, que es eso, un simple grano.
 Pensemos un poquito las cosas antes de decirlas, nos nos dejemos llevar por los rencores hipotecarios, los desahucios, el paro, tarjetas de Bankia. Centrémonos en conseguir, que este virus pare su carrera letal. Dejemos que la comunidad científica haga su trabajo, y el marujeo para la oficina y rellano de la escalera. 
A los políticos, sensatez y cordura ante un tema como este, apóyense y aparquen diferencias. Hoy le ha tocado a Rajoy, mañana igual le toca a usted señor Iglesias o Sánchez, y sé que actuarían como lo ha hecho él, estoy convencido de ello. A los medios de comunicación, también les pediría respeto, están a tope de temática, desbordados, como un niño con zapatos nuevos, utilicen el material que tienen entre manos con cabeza, y sobre todo cuando es de una sensibilidad extrema como este. 
Y para todos, no me hagan pensar, que lo letal no es el virus, sino el ser en él que parasita. 
Sirius&Pichón

4 comentarios:

  1. Buen comentario, sensato.

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  2. El ebola no solo es un virus letal desde un punto de vista fisiológico, si no q también está sacando a la luz, lo peor de cada uno de nosotros.

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  3. Este virus amigo anónimo, ha puesto de manifiesto dos cosas. Primero, que no somos invencibles, y que a pesar de contar con uno de los sistemas sanitarios más eficaces y universales del mundo, no es del todo perfecto. Y la otra, y para mi más preocupante que la primera, para la cual existe una solución. Es la falta de solidaridad, la crueldad, el odio y el egoísmo en mayúsculas que impera en la sociedad española. Este en nuestro gran virus. Al Ébola lo hemos combatido desde la inexperiencia, y a punto estuvo de ganarnos la partida, pero acabaremos dominándolo. Sin embargo, este otro problema, nos lleva buscando las vueltas desde hace muchos años, y a día de hoy, sigue sin tener tratamiento, y sus sucesivas mutaciones, van haciendo cada vez más daño en la sociedad.
    Sirius&Pichón

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