Hace poquitos días, paseando por una superficie comercial, dedicada a la gama blanca, marrón, negra y azul. Tropecé con un monstruo que me dejó prendao y enamorado. Ante su inmensa pantalla curva y negra de 55 pulgadas, sensual y atractiva, sufrí un "pantallazo". Su contraste y brillo eran deslumbrantes. Y para colmo, además era en 3D. Y parado ante aquella maravilla de la tecnología, empecé a pensar, en como han evolucionado estas cosas en apenas unos años.
Recordé aquellos televisores en blanco y negro, con su VHF y su UHF o sus dos canales, la primera y la segunda. Y no tenían más tecnología, lo demás era mueble. Que a las madres las venía de lujo para colocar toda suerte de detalles decorativos, desde la bailarina flamenca al toro de Osborne, así como fotos de los moradores de la casa, vestidos a lo primera comunión. Todo ello apoyado sobre un tapete de ganchillo, que la madre de la casa había confeccionado a juego con las cortinas, pañitos para los brazos del sofá, y bayetas saca brillo para el suelo en forma de pez. En los hogares de postín, el tapete era de terciopelo a juego con el tapiz "escena de caza" que colgaba encima del sofá.
Luego llegó el color, el sistema PAL, pasamos del blanco y negro a la gama de colores. Los televisores dejaron de ser cajones aburridos, y se convirtieron en algo necesario e imprescindible en los hogares. Los Philips, Radiola y Telefunken. Sus brillos y contrastes nos deleitaban y reunían en torno al Un, dos, tres, La Clave, Informe Semanal o la Segunda Oportunidad, con ese Jaguar estazándose contra la piedra. Estábamos en la España de finales de los 70, los pantalones campana, las solapas imposibles y el 1430. Llegaron las películas con sus rombos; si salía media teta, un rombo, si salían dos, dos rombos, los dibujos eran de verdad, con caras y fenotipos al uso, nada que ver con los dibujos manga actuales. Los programas tenían preguntas que más o menos todos conocíamos. El Torete, Vaquilla, Pajares, Esteso, y los Verano Azul eran los protagonistas de nuestros filmes y series.
Llegó la TDT y todo cambió. Los televisores se hicieron más tecnológicos y complejos. Sus sencillos mandos requerían de un master y dos años de experiencia. De hecho, a día de hoy, hay gente que aún sigue viendo un canal, porque no han sido capaces de cambiar.
Luego se produjo un hecho que desestabilizó decoraciones, salones y nos llenó la casa de negro. Los televisores dejaron de tener ese tubo trasero, y se convirtieron en planos e inmensos. Sus grosores apenas dejaban espacio para na, la pobre bailarina flamenca pasó a engrosar las listas del Inem, el toro pasó a corrales, al igual que toda la colección de fotos de la familia. Para muchas madres aquel instrumento tan útil se convirtió en algo inútil...Qué pongo yo aquí encima.
Desde hace un tiempo, si hablamos de televisores, hablamos de Kas, y no de naranja o limón, sino de Kas de resolución. 3k, 4k Ultra Súper requeté HD y además en 3D. Y con ellos ha llegado el drama. La gente con las gafas está ridícula. El que es feo, aterroriza, el normal da miedo y el guapo la risa. Y si en el aspecto estético, se ha rozado la tragedia, en otros la gente ha acabado haciendo cosas muy raras con sus televisores. Resulta provocador ver a Carmen Electra a dos metros de ti, desplegando todo su poderío. Y las consecuencias no han tardado en llegar, perforaciones de pantalla, electrocuciones por lametones y abrazos mortales al LG, infidelidades e incluso abandonos del hogar con la Grundig, denuncias por acoso sexual a la Philips. Y lo mismo ha pasado con ellas, que ante un Nacho Vidal mirando al frente, con ese apéndice del que está dotado, ha provocado empañamientos de gafas, encrespamientos capilares, babeos sin control e hipertiroidismos oculares, más conocidos como "ojos saltones". Y luego para rematar al respetable, están las consolas. Culpables de que hoy abunde, lo que antes se denominaba Baile de San Vito, y hoy debido a la finura gramatical y la Lomce, sea conocido como Transtorno por Déficit de Atención e Hiperactividad o TDAH. Cómo queremos que esté tranquilo un chaval, que se ha matado a setecientos zombis en una nave industrial de productos químicos a punto de reventar, ha pilotado un caza soviético, y derribado veinte aviones comerciales con sus respectivos pasajes y tripulaciones, y para terminar, conduce durante un rato, matando ancianos, negros, hispanos y embarazadas. En definitiva amigos, que tanta tecnología lo que ha hecho es sino complicarnos la vida. Con esa pantalla de 80 pulgadas, en ese inmenso salón de 15 metros, zapeas y no encuentras canal que merezca, te pones las gafas y no ves, buscas zombis o ancianos para matar, y no los encuentras, y cuando te levantas, acabas tropezando, y dejando los piños en la esquina de la mesa de centro. Tanta pulgada, pa qué.
Sirius&Pichón
Qué bueno tíos!!...me estoy imaginando a mi cuñada con las gafas y me parto. Divertido
ResponderEliminarLo mejor es quitar la mesa de centro para evitar golpes en las esquinas y evitar a la vez q se pongan loa pies encima de ella. A ver ai aprenden de una vez algun@s
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