Los ejecutivos de Wall Street están revolucionaos e indignaos, se gastan un fortunón en trajes hechos a la medida, corbatas de Hermés, relojes con tourbillon, depilaciones láser con sus sesiones de botox, cenas en restaurantes con cartas donde los precios de los menús son tan largos como el texto. Por no hablar de sus discretos despachos de 750 metros, ubicados en edificios, donde hasta la sala del conserje es de diseño. Conducen coches que consumen en un día lo que el parque de la Policía Municipal en una semana, sus agendas las controlan secretarías, que por sus bellezas podrían ser candidatas a ángeles de la Vicky.
Y todo esto para qué. Para que luego venga un chaval español llamado Nicolás, y no el Petit, sino Nicolás el de Chamberi, y con su cara bonita se haga fotos y negocios con lo más granado del empresariado español, asista a sus reuniones y desayunos, para acabar la jornada viendo Torrente en su chalet del Viso...Vamos hombre...Normal que estén envenenaos.
Y lo más flipante de este caso, que ni el mejor Ibáñez hubiese hilado, está por llegar. El amigo Nicolás ha puesto en evidencia la clase de empresarios que tenemos en este país, por no hablar de los políticos y sindicalistas. Los pobres se han dejado engatusar por un crio de 20 años, con un aspecto entre Borjamari y el adorable Lito Vitale. Con un estilismo naftaleno, rancio y avinagrao, acompañado de ese rostro que en algunas fotos me recuerda al Ecce Homo de Borja, imberbe y acartonao, como de hogaza de pueblo a medio cocer. Me lo imagino en esas reuniones al más alto nivel, con el Whisky en la mano, fumándose un Cohiba con los pies encima de la mesa, mostrándole al empresario su álbum de selfies, y contándole sus historietas y batallas "Mire Palomeque, esta foto es del Toys R de Torrelodones en una reunión de empresarios del Ibex". Surrealista total. Qué credibilidad puede tener un crio con semejante planta. O muy hábil es dialécticamente hablando o muy gilipollas son los otros escuchando.
Este crio ha puesto en cuestión a los mismísimos Patrick Bateman o Gordon Gekko, a las escuelas de negocios, de protocolo. Los que sí que harán negocio con él son los chinos, este año veréis como el regalo estrella de la Navidad, ya no será Romanones "el muñeco con erecciones", será el disfraz de Nicolás, que vendrá con su maletín, frasco de gomina, sirena para el buga del padre e invitaciones a la cumbre del Indiana Bill.
Hechos como este reflejan el nivel de desesperación que se vive en España. De unos por conseguir lo que sea y de otros por llamar la atención.
Veremos pocas denuncias y no me extraña, hay que tener un valor, que ya lo quisiera José Tomás, para plantarse ante un juez, acusando al Petit Nicolás de ofrecerle una plaza en la próxima cumbre de Davos. Ver para creer.
Sirius&Pichón
Con lo del Lito Vitale (Jaimito a la italiana) lo habéis clavao
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